Con todos estos datos llegan a la sede en Madrid del ERAT, el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico. "Con distintas pruebas objetivas que estamos viendo en sus posiciones finales se trata de ir hacia atrás e intentar obtener unas posiciones iniciales en cuanto a velocidades, a direcciones de circulación, sentido, maniobras que han hecho esos vehículos durante el accidente..., vamos desde el final hacia el principio", explica el capitán Sánchez-Ferragut, jefe del Equipo de Reconstrucción de Accidentes.
Todos esos datos se introducen en el ordenador. Se incluye el modelo exacto de los vehículos, con sus medidas y su peso real, el escenario donde ha ocurrido el siniestro, las personas que han intervenido. Los vehículos y los sujetos realizan los movimientos obligados por las leyes de la física y del movimiento, no aquellos que quisiera el agente. Y se obtienen unas conclusiones.
El resultado son reconstrucciones como la del accidente de Soria que costó la vida a 28 ocupantes de un autobús, la mayoría niños. Se puede ver desde distintas posiciones, incluso desde dentro de los vehículos. El voluminoso informe final incluye también recomendaciones.
"Podemos concluir también algunas medidas preventivas; por ejemplo, en este accidente si se hubiese dispuesto de una señalización mejor, si el coche hubiese tenido esta circunstancia que no tenía, pues se habría podido evitar el accidente", añade el capitán.
Son expertos en física, cálculos matemáticos, resistencia de los materiales, mecánica... Trabajan en todo el país y presentan al juez un resultado que intentan sea infalible. Ahora tienen siete accidentes en lista de espera.