Cuando sucede un accidente de gran magnitud se activa un dispositivo de emergencias que actúa automáticamente. Los profesionales que trabajan en los servicios de emergencias son los primeros en llegar al lugar, evaluar los daños e intervenir.
Normalmente, cuando esto ocurre, se centra la atención en las personas involucradas así como en los familiares de los implicados pero no tanto se centra en los profesionales que intervienen en las emergencias. Nunca saben qué van a encontrar y, en ocasiones, se pueden sentir desbordados por las imágenes que ven, el tipo de intervención que deben hacer y los pensamientos que vuelven a la mente una y otra vez pasado ya el accidente. Si no se tratan correctamente pueden desencadenar psicopatologías como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés postraumático.