Vicente Cosme Clemente y Amparo Navarro Ruiz no sabían aquel 3 de agosto de 2007 que el exceso de alcohol del primero y la imprudencia de la segunda provocarían la muerte de Julia Pertusa, de apenas 15 meses. La madre de Julia, Belén, salió de una fiesta familiar para ir a visitar a unas primas. Su tía, Amparo, quiso acompañarla y llevar el carrito de la pequeña. Las mujeres tenían que cruzar una travesía de Almoradí (Alicante) para alcanzar las casas situadas al otro lado. La tía abuela, según su propia declaración, observó que una moto se aproximaba pero pensó que tenía tiempo suficiente para atravesar la calzada. El motorista reconoció haber visto a una mujer que cruzaba con un carrito de bebé y pensó que podría esquivarlo. Ninguno de los dos acertó en su previsión: la motocicleta, una Suzuki de 650cc, impactó contra la sillita.