Los guardias civiles de Tráfico y los expertos en Medicina Legal y Forense dieron ayer un vuelco de tuerca al debate abierto sobre las causas que originan la elevada siniestralidad que se registra en las carreteras asturianas y que se disparó la semana pasada con seis víctimas mortales en sendos accidentes en El Berrón (Siero) y Mieres. La Unión Profesional de Guardias Civiles (UPGC), única asociación integrada por agentes en activo, aboga porque nuestro país se sume a la tendencia europea de lograr la tasa cero de alcoholemia, de tal forma que, si prosperara su propuesta, ningún conductor podría salir a la carretera tras ingerir bebidas alcohólicas aunque fuera en cantidades ínfimas.
"Es un contrasentido que se tipifique como un delito contra la seguridad del tráfico la conducción si se supera los 0,25 miligramos por litro de aire o 0,50 gramos por litro de sangre, lo que significa que hasta ese límite está permitida la conducción bajo los efectos del alcohol", expone Miguel Angel Perianes, secretario general de la UPGC que une a su condición de experto en investigación de accidentes de tráfico su especialización como criminólogo.
NI UN VINO Perianes rechaza la tradición popular que apunta a que "por beber un vino o una cerveza" no pasa nada. "El que se autorice a beber un mínimo es como si dices que puedes matar, pero levemente", ilustra gráficamente.
Consciente de que cada persona tiene una constitución diferente y una toleración distinta a la ingesta de alcohol y que existen otros condicionantes como si se ha tomado alimentos o medicamentos, la UPGC se decanta a favor de una modificación del Código Penal, una regulación específica para las víctimas de siniestros de circulación y la creación de fiscalías y juzgados especializados para unificar criterios.
"La víctima está desprotegida", señala Miguel Angel Perianes, que suma al factor humano --por exceso de velocidad e ingesta de alcohol-- la falta de otras medidas preventivas que hubieran podido evitar accidentes como los registrados en Siero y Mieres. "Si hubiera habido una barrera de seguridad, el accidente de Siero se hubiera evitado y también el de Mieres si hubiera habido un muro de hormigón, sin obviar que hubo exceso de velocidad y alcohol".
José Angel Rodríguez Getino, especialista en Medicina Legal y Forense y profesor titular de esta disciplina en la Universidad de Oviedo, comparte la propuesta de tender a la tasa cero. "La característica de la alcoholemia es que es un criterio cuantitativo que tiene una influencia distinta en unas personas que en otras. En unas es inocua y no altera su capacidad de reacción al volante. Depende de si va más a la grasa que a la sangre. Teniendo en cuenta que no sabemos el efecto cualitativo que va a producir, llegar a la tasa cero al volante es un fin preventivo", indica.
La tolerancia al alcohol no se circunscribe al sexo, ni a la edad. "El efecto del alcohol depende de la concentración que alcance en sangre y de otros factores; la distribución de la grasa, si está el estómago lleno, etcétera", comenta.
La propuesta, sin embargo, choca con el rechazo frontal de la Asociación de Empresarios del Transporte y Aparcamientos de Asturias (Asetra). Su presidente, Ovidio de la Roza, se opone de forma taxativa. "La tasa cero es una medida demagógica que discrimina a los conductores profesionales porque beber una cantidad mínima de alcohol no tiene influencia. La siniestralidad no es tanto un problema de alcohol como de conducción imprudente y falta de pericia. Los estudios de Tráfico ratifican que la primera causa de los siniestros es el conductor y en segundo lugar las carreteras, muchas de las cuales no están desdobladas o hay mala señalización. También influye el estado del firme o la climatología". Los accidentes de la semana pasada tenían al exceso de velocidad y al alcohol como principal desencadenante. "En esos casos se produjo una tragedia, pero la responsabilidad era exclusiva del conductor".
Maribel Fernández, presidenta en Asturias de la Asociación de Víctimas Stop Accidentes, también discrepa de la tasa cero. "Por un par de cervezas no es motivo suficiente para a partir de ahora prohibir beber algo en la comida. Otra cosa diferente es que se conduzca totalmente ebrio". En pleno debate, se celebrará hoy el día mundial en recuerdo a las víctimas de accidentes de tráfico.