El informe pericial realizado por la Academia de Tráfico de la Guardia Civil de Mérida (Badajoz) parte de que el vehículo en el que viajaban el artista y su compadre Jorge Rubio, El Canastero, se saltó previamente un semáforo en rojo y fue acelerando hasta alcanzar una velocidad de 86 kilómetros por hora en el momento anterior al atropello en el paso de cebra. Al detectar la presencia de los peatones, Farruquito accionó los frenos y realizó una maniobra evasiva "errónea", al pegar un volantazo a la izquierda que le hizo coincidir con la trayectoria de Benjamín Olalla, según advirtió el comandante de la Guardia Civil de Tráfico que realizó el peritaje.
Aunque la velocidad de partida es el doble de la autorizada, el informe señala que en el instante del impacto la velocidad se sitúa en torno a los 48 kilómetros por hora, con un margen de error de un diez por ciento y utilizando el tiempo de reacción más favorable para el conductor (0,75 segundos). Los agentes valoran la distancia de 13,40 metros a la que fue desplazado el cuerpo de Benjamín y la altura de cuatro metros que alcanzó, según los testigos presenciales, para determinar que la única posibilidad de que realizara lo que técnicamente se denomina como "salto mortal" es que el vehículo fuese frenando. En el supuesto de que el BMW hubiera estado acelerando y no frenara, el cuerpo había realizado una trayectoria diferente y no hubiera salido despedido hacia delante, sino hacia atrás.
El informe, en el que se ha empleado un programa informático denominado pc crash, también pone de manifiesto que el bailaor pudo ver a los peatones en el paso de cebra desde una "distancia elevada" y, por tanto, si Farruquito hubiera conducido a una velocidad próxima a los 76 kilómetros por hora, no habría atropellado a Benjamín de haber frenado previamente, lo que ocurre es que los peritos opinan que empieza a frenar cuando gira el volante hacia la izquierda.
Otro dato relevante del informe de la Guardia Civil aclara que si el artista hubiera circulado a la velocidad permitida en la calle Doctor Laffón Soto, es decir, a 40 kilómetros por hora habría podido detenerse 27 metros antes de llegar al paso de peatones.
El hecho de que la Policía Local de Sevilla no constatara la presencia de huellas o vestigios de frenada en la calzada en la inspección ocular que se realizó después del accidente, la noche del 30 de septiembre de 2003, es salvado por los expertos de la Guardia Civil por el sistema ABS (Antilock Braking System) con el que está equipado el BMW 530 D del bailaor. Los agentes efectuaron varias pruebas con el mismo vehículo que ocasionó el accidente y corroboraron que de tres frenadas sólo en una se dejaron unas huellas visibles en la calzada. Además, según los agentes el sistema ABS deja huellas de forma general aunque desaparecen rápidamente.