Lunes, 08 Marzo 2004 21:30

Las cuatro hipótesis de un siniestro

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Pueden ir por separado, aunque juntas son mucho más peligrosas. Velocidad, distracción, invasión del carril contrario y alcohol son las principales causas de los accidentes. Siempre dejan alguna huella.

TEXTO: J. CANO / MíLAGA

La huella de un neumático sobre la lí­nea continua de la calzada sirve para saber quién invadió el carril contrario. Los accidentes siempre dejan un rastro de pistas tras de sí­ que sirven para descubrir aquello que no se observa a simple vista. Para los investigadores, las carreteras y los coches hablan. Sólo hay que entender lo que dicen. Éstas son las cuatro principales causas sobre las que se monta la hipótesis de un accidente.
Velocidad

Provoca el 30% de los siniestros

Las ruedas 'cantan' la violencia del impacto



Los vestigios en la calzada suelen ser suficientes para reconstruir los hechos y para saber la violencia del impacto. La primera pregunta es: ¿cuál es la parte más resistente de un vehí­culo? Curiosamente, las ruedas. Si no han resistido el choque, es muy posible que haya existido un exceso de velocidad. De hecho, esta imprudencia causa un 30 por ciento de los accidentes y, junto con otros factores, influye en el 70 por ciento de los percances, según Tráfico.

Ahora bien, cabe la posibilidad de que el reventón de un neumático, más que ser una pista, despiste y, en realidad, sea el verdadero motivo del siniestro. Incluso en estos casos las huellas son inequí­vocas. Cuando una rueda se desinfla, el eje dibuja una especie de raí­l en la calzada que señala el trayecto del coche.

Quedan otras tantas pruebas del siniestro impresas en el vehí­culo o vehí­culos implicados, o en el entorno. Un choque brusco contra un árbol o la deformación completa del motor pueden indicar la presencia de la velocidad. Las partes menos resistentes del coche -cristales, tulipas y puertas- sólo muestran la dirección de éste.

Distracción

Causa uno de cada cuatro accidentes

Desvela los siniestros inexplicables



La distracción se esconde tras los accidentes inexplicables. Una salida de ví­a en una recta con visibilidad suele producirse por este motivo, aunque casi nunca se puede determinar con certeza. El interrogatorio posterior al siniestro, siempre que haya testigos, es clave.

Una señal fiable de la distracción es la inexistencia de restos en la calzada. No se detecta un cambio de dirección, una maniobra brusca, ni siquiera una huella de frenada. La carretera, al contrario que con la velocidad, no dice nada. Ocurre en uno de cada cuatro accidentes.

Invasión de carril

Un 10% de los siniestros

Se traduce en una colisión frontal



Las invasiones de carril intervienen en el 10 por ciento de los accidentes. El siniestro causado por una invasión se traduce en una colisión frontal o frontolateral y cumple dos rasgos comunes. Primero, suele haber más de un coche implicado. Y segundo, los restos del vehí­culo quedan en una dirección determinada. A partir de ahí­ hay que recomponer el puzzle.

Alcoholemia

¿Sólo está en el siete por ciento?

Se esconde tras el resto de causas



Según las estadí­sticas de Tráfico, se ha detectado la presencia del alcohol en el siete por ciento de los siniestros. Pero está detrás de muchos más. En estos casos, el investigador sólo halla respuestas en el análisis de sangre, cuando da tiempo a hacerlo.

Fuente: SUR Digit@l
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