Fuente: http://guardiacivildetrafico.blogspot.com.es
Un día más en la carretera con mi compañero, llevamos 10 años juntos, ya sabemos donde nos gusta tomar el café, quien conduce, donde ir...en fin la rutina del servicio. También conocemos nuestra reacción a una llamada de COTA, un accidente, yo sé qué va hacer y cómo va actuar, por supuesto que Tono mejor aún me conoce. Vamos deprisa, pensando qué nos encontraremos, charlando con calma, con las ópticas prioritarias y si alguno no hace mucho caso pues la sirena, tampoco queremos alarmar en exceso.
Llegamos, parece que es chapa y pintura, grave para el bolsillo y no para la vida de nadie.
Tomamos nuestros roles habituales, yo me acerco a preguntar y él se dispone a regular, no hay mucha circulación y uno solo de los coches interrumpe el paso. No hay heridos, ya es habitual que estos pequeños choques acaben así, hace años que los accidentes graves ya no son lo normal de cada servicio. Tomo fotos para que no se escape nada y rápidamente retiramos el coche al arcén para que no entorpezca la circulación y así estamos todos más seguros. Cada uno se dirige a un conductor, un instante, mi compañero se acerca y me dice con sigilo, "Hay que hacerle la prueba, parece que va a dar" "Pues venga". La cara de los conductores cambia cuando mi compañero armado en su mano izquierda con su etilómetro se acerca a ellos, es grande Tono, pero es inofensivo, lo que "acojona" es el aparatín tan pequeño que lleva en la mano, que nos va a decir la verdad de lo que ocurrió ahora mismo.
Efectivamente, resultado positivo en la prueba de detección alcohólica. Vaya, lo que iba a ser una actuación rápida se nos dilatará en el tiempo, pero no importa, habrá un conductor imprudente menos en la carretera durante algún tiempo.
Llamamos al "Equipo", si, los de Atestados, ¿Quién está de servicio esta tarde? No lo sabemos, sólo nos acordamos de ellos en estos casos, y son tan fundamentales como nosotros, nadie delante y ninguno detrás, todos a una: Atestados-Motoristas Motoristas-Atestados.