Cuando los motoristas de la Agrupación de Tráfico avisan de un accidente con heridos o daños cuantiosos (superiores a 80.000 euros), el equipo de Atestados de la Guardia Civil acude al lugar con los elementos "imprescindibles": alcoholímetro, focos, triángulos, manómetro y profundómetro (para verificar la presión y el desgaste de los neumáticos), y cepo antirrobo para inmovilizar el vehículo.
Tomar fotos de las consecuencias del impacto en la calzada o de las víctimas, medir las huellas de la frenada, tomar declaraciones a implicados y testigos, dar la noticia a los familiares si hay fallecidos y enviar un atestado al juez, son algunas de las funciones de estos agentes.
Finalmente, después de cada actuación, estos profesionales rellenan un cuestionario estadístico con el que se alimenta la base de datos de la DGT, con los que se elabora cada año una "radiografía" de las accidentalidad en las carreteras españolas.
Fuente: DISCAPNET